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Mercados. Futuros y Opciones Agrícolas

Mercados

1.03 -Video sobre el Mercado a Término de Buenos Aires

1.02 -Mercado a Término de Buenos Aires -100 años de Historia

Con motivo de que en el 2007, el Mercado a Término de Buenos Aires cumple cien años, se realizó el 16 de agosto en el salón San Martín de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la presentación del libro “Mercado a Término de Buenos Aires 100 años de historia”.En dicha presentación hicieron su exposición el presidente del MATba, Ricardo D. Marra, el historiador encargado del equipo de investigación, H. G. Bollo, el periodista Héctor  Huergo y el historiador Félix Luna encargado de redactar el prologo de la obra, que transcribo a continuación: 

 MERCADO A TERMINO DE BUENOS AIRES – 100 AÑOS DE HISTORIA

 -Entonces quedamos así?

-Así quedamos…

Después se dieron las manos; había quedado sellado el negocio. Sin papeles ni firmas, pero inamovible.En realidad, era lo que en esencia se hace diariamente en el Mercado a Término de Buenos Aires: comprar cereales u oleaginosas en tiempo adelantado. Este tipo de operaciones supone una gran confianza entre las partes intervinientes, pero también una gran confianza en el país.Desde hace un siglo, esta institución privada garantiza la compra y venta de cereales y oleaginosas a futuro, con lo que el productor rural reduce su incertidumbre sobre el valor de la cosecha y se crea una mayor previsibilidad en torno a este negocio.En 1907 gobernaba el Dr. José Figueroa Alcorta. Atrás había quedado el arduo periodo de las revoluciones cívicas y el sistema roquista (aunque Roca estuviera desplazado del poder) reinaba pacíficamente. La Argentina era conocida en Europa como el granero del mundo. La puesta en valor de la tierra, acentuada desde 1880, había transformado la llanura pampeana en un extenso trigal y sus productos exportables habían hecho posible la afirmación del valor de nuestra moneda y crear un estado de cosas que, es cierto, unos pocos aprovechaban totalmente, pero que en último análisis había beneficiado en mayor o en menor medida a toda la comunidad.Por esos años, una especie de mercado a futuro inorgánico e informal se reunía en la sede de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; allí hacían sus transacciones algunos consignatarios, acopiadores y exportadores de cereales. Lo hacían, en realidad, como reacción frente a las picardías de algunos aprovechados que estafaban a los chacareros prometiéndoles precios fantásticos para sus cosechas, lo que había motivado quejas que llegaron a la prensa.En octubre de 1907 el Ministerio de Justicia aprobó los estatutos de la futura entidad, cuyo art. 2º establecía que su objeto era la realización de contratos a plazos para la compraventa de cereales, oleaginosos y derivados.Poco después se elegía  un directorio presidido por don Carlos Mendl.Después de iniciar sus operaciones en un local alquilado, el Mercado a Termino se instaló en el recinto de la Bolsa de Comercio, para locuaz hubo de reformarse los estatutos de esta entidad, lo que se concretó en 1910. Allí operó hasta 1965, año en el que el Mercado a Término se trasladó al edificio de la Bolsa de Cereales, en la calle Bouchard, donde actualmente están concentradas todas las entidades vinculadas al negocio cerealero.El Mercado a Término ofrece algunas características que merecen destacarse. Es una sociedad anónima, lo que da una gran estabilidad. Sus negocios no fallan nunca, pues al ser garante de los contratos que se realizan bajo su amparo, en los rarísimos casos en que el comprador no puede cumplir con su obligación llegado el tiempo convenido, el Mercado paga al vendedor con lo que el productor está libre de cualquier eventualidad; es decir, que el negocio siempre se concreta. Finalmente, aunque es una institución privada y autónoma, el Mercado a Término actúa dentro del marco de la Bolsa de Cereales, una de las instituciones vinculadas al agro más antiguas y prestigiosas del país, y cuenta con su apoyo institucional. 

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Por la naturaleza de las transacciones que se efectúan bajo su garantía, el Mercado a Término ha seguido de cerca y en forma permanente la evolución de nuestra producción cerealera y oleaginosa, que es como decir la evolución del campo argentino.Ha sido testigo – y también parte – de la época del mercado absolutamente libre, que se extendió aproximadamente hasta la década del ´30; de las diversas regulaciones que se impusieron en los años ´40 y parte de los ´50 por diversos gobiernos. Y ha sido y es actor de la revolucionaria transformación de la producción agrícola argentina en los últimos años.Hoy, el Mercado a Término puede enorgullecerse, como institución, del papel que ha cumplido y sigue cumpliendo en el proceso de hacer mas transparentes y seguros los negocios en torno a la producción rural. Sin ninguna duda, es uno de los factores que ha contribuido a modelar la promisoria realidad que actualmente ofrecen los cereales y oleaginosos dentro del panorama productivo básico del país.Es una realidad que muestra a la Argentina como el tercer productor mundial tanto de semillas como de aceite. Hay casi cincuenta plantas aceiteras sobre el río Paraná, y esta circunstancia ha convertido esa zona en un polo agroindustrial de enorme importancia en el orden internacional, con todo lo que ello implica en el rubro de la maquinaria agrícola y en el sector de la informática que provee de elementos para tomar decisiones rápida y confiablemente a todos los integrantes de la cadena productiva. 

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Decíamos líneas arriba que un negocio en el marco del Mercado a Término implica un acto de confianza en el país.En efecto, quien se compromete a pagar un precio en un plazo convenido, quien acepta ese precio y ese plazo, las dos partes que componen el negocio, deben pensar en todas las variables que van a incidir en estos valores. Y cuando ambos actores deciden cerrar trato, con garantía del Mercado a Término, están haciendo una apuesta a la estabilidad y la seguridad de las condiciones que determinan las fluctuaciones del mercado; es decir, las condiciones generales del país.Esto lo vieron con claridad el hombre que en 1907 decidieron instalar en Buenos Aires un tipo de institución que entonces existía en muy pocos países.El tiempo les dio la razón y ahora, el Mercado a Término, a la altura de sus cien prolíficos años, puede sentirse satisfecho del papel que ha desempeñado en la brillante realidad que ofrece el campo argentino y quienes lo trabajan. 

Félix Luna  

 

1.01 -Breve reseña sobre el surgimiento de los Mercados de futuros y opciones

Las operaciones con contratos de futuros se originaron y perfeccionaron en el siglo XIX, sin embargo, fue el siglo XX cuando se observo un auge de estas operaciones.

Que fue lo que dio origen al desarrollo de los mercados de futuros?

Cuando el hombre empezó a producir mas allá del autoconsumo, partes de sus excedentes fueron ofrecidos en otras regiones para conseguir alimentos o vestidos que requería. Las primeras muestra de intercambio de productos no se realizaron haciendo uso del dinero como intermediario, sino que las primeras operaciones comerciales fueron realizadas mediante el sistema de trueque de productos. Los problemas de fluctuación de precios aun seguían sin aparecer.

Sin embargo, con el paso del tiempo y conforme se incrementaba la producción y con ellos las operaciones comerciales, el trueque empezó a presentar serios problemas para realizar las operaciones comerciales.

Con el paso del tiempo aparece el dinero como medio de intercambio.

No fue sino hasta la segunda mitad el siglo XIX cuando el incremento en la producción, gracias en gran medida al uso de la nueva maquinaria que la revolución industrial trajo, originaron fluctuaciones importantes en los precios, debido a los desequilibrios entre la oferta y demanda que se presentaron.

La historia de los mercados de derivados se podría decir que empieza hacia inicios de 1800. El incremento que se observó en la producción de granos pronto traería problemas de oferta y demanda, dificultades de transporte y almacenamiento, factores que estimularían el desarrollo de nuevas formas de comercialización de los granos.

Para el año de 1848, un grupo de comerciantes de Chicago, preocupados por los problemas que se estaban gestando, formaron una plaza comercial, la Bolsa de Comercio de Chicago (The Chicago Board of Trade. CBOT). El propósito inicial del CBOT fue proveer un lugar físico donde oferentes y demandantes de granos se reunieran para comercializar sus productos.

El primer contrato comercializado para entrega futura fue el de maíz. Los demandantes recibían de los productores el grano, el producto hacia finales del otoño e inicios del invierno, el cual debía ser embarcado hacia sus centros de procesamiento. Sin embargo, el embarque requería de dos condiciones: por un lado, se necesitaba un grano con bajo contenido de humedad y por otro, se requería de un río que no tuviera problemas de congelamiento para hacer posible el traslado del producto. Estos dos elementos no se podían dar en el invierno, de allí que el grano tenía que ser almacenado en la zona productora.

Como los comercializadores no se podían llevar el grano a sus almacenes, pactaron con los productores para que estos almacenaran el producto hasta la primavera, cuando los ríos ya se habían descongelado y se podía hacer su traslado, a cambio de ello se comprometían a pagar un sobre precio (el precio del producto mas un costo por almacenaje).

Es así como en 1851 (13 de marzo) se negociaron los primeros contratos adelantados ´forward contracts´. Este tipo de contratos presentaron algunas desventajas. En primer lugar, si la oferta del producto era abundante y el precio disminuía por abajo del nivel que comprador y vendedor establecían previamente, el comprador no cumplía con su compromiso de adquirir el producto que había comprado con anterioridad, buscando un nuevo lugar donde adquirir el producto a un menor precio, esta situación representaban importantes perdidas para el vendedor. Por el contrario, si la producción era inferior a la estimada, los precios tendían a subir y era común que los productores buscaran vender su cosecha a un mejor precio, dejando así de lado los compromisos contraídos previamente con los comercializadores, quienes ahora tenían que comprar el grano a un precio mayor.

Asimismo, este tipo de contratos no estaban estandarizados, por lo que cuando llegaba la hora de la entrega se corría el riesgo de recibir un grano no con las condiciones de calidad exigidas por el comprador. Los contratos tampoco estaban estandarizados en cuanto a los tiempos de entrega del producto.

Para el año 1865, la CBOT dio un paso adelante al regular las operaciones comerciales, a través del desarrollo de contratos comerciales estandarizados, los cuales fueron llamados contratos de futuros ´futures contracts´, y operan  en mercados organizados ´bolsas de futuros´.

Estos nuevos contratos ya estandarizaban el producto a comercializar, la cantidad y calidad a entregar, los tiempos y lugares de entrega. La única variable que no esta determinada es el precio del contrato, el cual es negociado a través del mecanismo de ´viva voz´, diariamente en el piso de remates de la bolsa.

En general se puede decir que las bolsas modernas fueron concebidas y establecidas como medios para permitir el intercambio de intereses de compra y venta de diversos productos.

El riesgo, o más específicamente el riesgo del precio, esta presente en cada una de las transacciones de negocios. Al comprar o vender maíz, soja, acciones, o bonos, manejar el riego de un cambio en los precios puede significar la diferencia entre el éxito o el fracaso financiero.

Para controlar el riesgo de precio se requiere información. Los mercados de granos en los Estados Unidos de América en el siglo XIX, por ejemplo, padecían  no solo de caos de la oferta y la demanda, sino también de la falta de oportunidad e información confiable acerca del precio. Los compradores no disponían de una forma de conocer lo que otros estarían dispuestos a pagar o lo que el mercado asumía como un precio justo; a la vez, los productores no tenían idea clara de lo que los compradores habían ofrecido a otros vendedores. El precio del grano era confuso para ambos lados, multiplicando así el riesgo en el precio.

 

Opciones sobre futuros

 

Contrario a todo lo que pudiera pensarse, el uso de las opciones en la administración del riesgo de productos no es algo que se haya hincado en el último cuarto del siglo XX, cuando en 1973 se formó el primer mercado organizado de opciones en el mundo.

De acuerdo con algunos trabajos que se han realizado en materia de opciones sobre futuros, las primeras noticias que se tenían sobre el uso de opciones datan de la época de los fenicios, griegos y romanos. Donde algunas operaciones comerciales que se realizaban eran con base a cláusulas de opción, es decir, existía la opción de adquirir determinada mercancía en un futuro establecido, en un precio prefijado.

Los primeros informes que se tienen sobre un mercado de opciones organizado datan de Holanda en el siglo XVII, donde eran comercializados los bulbos de tulipán con opciones de compra y venta por parte de los comercializadores de este producto.

Ya hacia finales del siglo XVIII, en Europa, se empezaban a comercializar opciones sobre acciones de empresas comerciales.

Hacia el año de 1875 se empezaron a comercializar opciones en el mercado financiero de Nueva York, a través de un sistema conocido como ´over the counter´ (mecanismo donde se reúne un representante de una institución financiera y un comprador de títulos para compra de opción donde uno y otro negocian los términos de la compra-venta, es decir, es un producto hecho a medida del demandante).

Después de varios estudios realizados por el CBOT sobre el mercado de opciones, en 1972 surge el Chicago Board Options Exchange (CBOE), y en abril de 1973 se inicio la comercialización de opciones sobre acciones que se cotizaban en el New York Stock Exchange (NYSE). A partir de ese momento el mercado de opciones ha tenido gran éxito, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo.

Fue en 1984 cuando la Bolsa de Chicago saco al mercado las opciones sobre contratos de futuros de productos agrícolas.

Fuente: Claridades Agropecuarias